Cuando optamos por la presoterapia doméstica auto aplicada haciendo uso de una buena máquina de presoterpia para casa, en detrimento de los tratamientos de clínica asistidos por profesionales estéticos o médicos, debemos tener claro cómo hacer uso de la técnica. En ese sentido, una de las dudas más frecuentes es la referida a la presión recomendada de la presoterapia, en función de cada caso.
Pues bien, aunque partimos de la base de que en toda máquina, siempre que se trate de equipos de presoterapia con registro sanitario, deben incluirse manuales de uso en los que se especifique claramente qué niveles de presión son recomendables para cada caso, vamos a intentar arrojar luz sobre este tema sin caer en tecnicismos, con el fin de que todo el mundo pueda saber cuál es la presión recomendada al hacer presoterapia.
Presoterapia: Niveles de Presión
Los niveles de presión en presoterapia se miden en mmHg, y pueden ir de los 30 en su nivel más bajo, hasta los 250 en el más alto, pasando eso sí por niveles intermedios secuenciales.
Partiendo de esto, podríamos hacernos ya de entrada un par de preguntas:
- ¿Vale cualquier máquina para hacer presoterapia a nivel doméstico?
- ¿Se aplica la misma presión en presoterapia para todos los casos?
Sobre el primer interrogante, la respuesta clara y contundente es que no, no vale cualquier máquina de presoterapia para practicar la técnica de la forma correcta, con la presión adecuada, lo cual viene a responder también, indirectamente, a la segunda pregunta.
Para aplicar la presión en presoterapia correcta, debemos contar con una máquina dotada con una consola que nos permita hacer los ajustes precisos, y que cuente con la capacidad para ello a nivel de motor de compresión. Para ello, como decíamos antes, es importante que se trate de una máquina con registro sanitario. Además, es necesario que los pantalones de presoterapia cuenten con al menos cuatro cámaras, para que el masaje de presión se pueda llevar a cabo de forma válida.
Presoterapia: presión recomendada
La respuesta a la segunda pregunta es inherente a la primera: no, cada persona requiere de una presión distinta en función de distintos factores, pero los matices de este interrogante bien merecen de un apartado específico.
Para empezar, hay que desterrar de plano un bulo que puede confundir a algunos, y que está relacionado con la falsa creencia de que cuanto más presión en presoterapia, mejor. La presión ha de ser la correcta en cada caso, y para saber si es así, debemos tener claro que la presoterapia debe proporcionarnos siempre sensaciones placenteras, y nunca dolor.
Hay que tener en cuenta también que la presión que aplicamos con presoterapia debe estar en correlación con la propia presión arterial del paciente. Al buscar la presoterapia la activación de la circulación ayudando a la entrada de líquido en el sistema venoso y linfático del área tratada, es lógico que debamos aplicar una presión ligeramente superior a la presión arterial existente. Sólo como valor de referencia, diremos que la presión arterial media es de 120 mmHg.
Esto explica que, al aplicar presoterapia y unos minutos después de llevar a cabo la sesión, la presión arterial del paciente se vea aumentada ligeramente. Por supuesto, el propio organismo cuenta con sus propios medios para restablecer la presión arterial, pero ese hecho nos obliga a ser especialmente vigilantes, e incluso a rechazar el uso de presoterapia, en personas hipertensas o en personas con problemas cardiacos, insuficiencia renal, etc.
Presión en presoterapia en condiciones normales
En caso de no existir tales riesgos, y encontrarnos ante un paciente con una presión arterial dentro de los valores entendidos como normales, la presión mínima de la que partiremos en las primeras sesiones será de entre 40 y 50 mmHg. (ya que los 120 mm.Hg. de presión arterial equivalen a 40 mmHg. de presión venosa).
De esta forma, siempre estaremos activando al mismo tiempo tanto el sistema circulatorio como el linfático (la presión linfática media es de 20 mmHg.). En todo caso, la presión en presoterapia siempre debe ir aumentando de forma gradual, partiendo del mínimo, y sin llegar nunca a provocar excesiva sensación de presión en la persona a la que se le aplique.
No te pierdas nuestra guía de contraindicaciones de la presoterapia para completar tu información sobre esta terapia de presión.