Debido al cambio que sufre nuestro cuerpo durante y tras el embarazo, son muchas las mujeres que se preguntan si pueden empezar un tratamiento de presoterapia durante la lactancia.
Con la llegada del bebé, también llega esa necesidad de recuperar la figura, perder esos kilos de más que hemos puesto durante la gestación y volver a utilizar la ropa previa al embarazo.
Como ya sabrás, la presoterapia es un tratamiento médico y estético que ayuda al sistema linfático y circulatorio, con el objetivo de reducir ciertos malestares, como las piernas hinchadas, problemas de varices e insuficiencia venosa, etcétera.
Durante el embarazo, la presoterapia tiene efectos muy positivos y está especialmente indicado en los últimos meses del embarazo. ¿Pero qué sucede con la lactancia? ¿Presoterapia y lactancia materna son compatibles?
Lactancia y presoterapia: ¿Compatibles?
Las mujeres lactantes van perdiendo progresivamente la reserva de grasa que se adquiere durante el último trimestre del embarazo, debido al consumo de calorías que se produce al generar leche. Además de ello, el simple hecho de amamantar a nuestro bebé, hace que nuestro organismo produzca una hormona que causa la reducción de su matriz por lo que el abdomen suele «deshincharse» con mayor rapidez.
Por miedo a que tu bebé pueda sufrir las consecuencias o que se pueda interrumpir el flujo de leche materna, son muchas las madres que deciden esperar a realizar un tratamiento de presoterapia durante la lactancia materna. Pero no es necesario, está más que demostrado que, la presoterapia no ejerce ningún efecto negativo en nuestro organismo, ni siquiera durante la lactancia. ¿Son compatibles presoterapia y lactancia?
El tratamiento de presoterapia no tiene ningún efecto negativo sobre la lactancia materna. Sí está contraindicado durante los primeros tres meses de embarazo, tal y como puedes leer en nuestra guía de embarazo y parto, durante el post-parto y no se recomienda durante la menstruación.
Mientras le das el pecho a tu bebé, puedes realizar ciertos tratamientos de belleza no invasivos, tales como la presoterapia o drenajes linfáticos manuales, pero en ningún caso deberás hacer uso de la cavitación.
Presoterapia y lactancia materna: Frecuencia
Ahora que ya sabes que puedes empezar un tratamiento de presoterapia, pasados los primeros meses tras el parto, y mientras le das el pecho a tu bebé, falta por definir cada cuánto tiempo realizar la presoterapia y con qué frecuencia.
Cada sesión de presoterapia durante la lactancia debe durar unos 30 minutos y se recomienda que se repita cada semana durante al menos ocho semanas, para empezar a notar los resultados.
Si aún tienes dudas sobre si puedes iniciar un tratamiento de presoterapia mientras amamantas a tu bebé, lo mejor será consultar con tu médico o matrona.
Preguntas frecuentes sobre presoterapia y lactancia
Antes de dar por finalizado nuestro artículo sobre presoterapia y lactancia y la compatibilidad de ambos, queremos aclarar aquellas dudas que te puedan surgir sobre este tema. Para ello, vamos a responder a aquellas preguntas frecuentes sobre presoterapia y lactancia.
Si tu pregunta o duda sobre presoterapia y lactancia no está respondida, no olvides dejarnos tus comentarios para poder ayudarte a resolverla.
Si estás interesada en iniciar un tratamiento de presoterapia aunque le estés dando el pecho a tu bebé, has de saber que la presoterapia no tiene ningún efecto negativo sobre la lactancia materna, por lo que puedes iniciar tu tratamiento cuando lo desees.
Mientras le das el pecho a tu bebé, puedes realizar ciertos tratamientos de belleza no invasivos, tales como la presoterapia o drenajes linfáticos manuales. Respondiendo a tu pregunta: si, son compatibles la presoterapia y la lactancia materna.
Estés o no esté amamantando a tu hijo, has de saber que no puedes hacer presoterapia durante los tres primeros meses de embarazo ni con la menstruacción. Si no se da ninguno de estos dos casos, puedes hacer presoterapia durante la lactancia materna.
Durante la lactancia materna, cada sesión de presoterapia debe durar unos 30 minutos como máximo y se recomienda que se repita cada semana durante al menos ocho semanas, para empezar a notar sus resultados.